CAMBIA TUS PENSAMIENTOS Y CAMBIARÁS TU MUNDO
La historia que te cuentas, es el instrumento fundamental del pensamiento
La imaginación narrativa, la historia que te cuentas, es el instrumento fundamental del pensamiento.
El diálogo interno funciona como un belcro que se pega y nuestra actitud se moldea siguiendo esas coordenadas apenas conscientes.
También constituye nuestro principal medio para avanzar hacia el futuro.
Haz sutiles ajustes en tu diálogo interno para que tus pensamientos cambien tu mundo:
- Construye y enlaza con una perspectiva esperanzadora
- Etiqueta desde la positividad, alejando signos perturbadores
- Trata de permanecer en el único momento sobre el que puedes operar, ahora, en este preciso instante, donde quiera que te encuentres
- Permanece simplemente donde realmente estás. Cuando dejas a tu mono brincar sin contención, el poder se lo has cedido a ese pensamiento.
- El potencial de tu narrativa, activa áreas corticales precursoras del estrés o de la resiliencia.
¿Te sirve y fortalece alimentar ese juego de ir saltando de rama en rama?
¡Detente y ajusta el volumen a tonos tenues!
La intención benigna motiva acciones y decisiones que conducen a elegir emociones positivas.
Durante ciertos periodos, escoge deliberadamente practicar intercalando alguna de estas posibilidades.
Si tienes una buena disposición, creas la energía necesaria para ser persistente en el empeño, y de esta forma será más fácil alcanzar el objetivo establecido, de cambiar la naturaleza de tus pensamientos, y por tanto la dinamo que orienta y moviliza a tu mente.
Es una actitud positiva en contra de la testarudez, que no es sino una resistencia, un apego hacia estilos de pensamiento que nos anclan en el sufrimiento. Sí lo sé, es involuntario. Nadie quiere sufrir gratuitamente, se sufre y punto.
Puedes manejar a ese monito juguetón, porque eres más cosas que tus pensamientos: trata de averiguar con qué frecuencia pierdes la calma a lo largo de un día, brincando de una rama a otra, píllate y no te lo creas todo.
Prueba como decía un buen maestro mío, a poner voz cómica, al contarte o decirte tu historia internamente.
O incluso, muérdete la lengua y cuéntatelo en voz alta, comprobarás con asombro que algo cómico te atravesará.
Con este tipo de gestos tu importancia personal disminuirá, haciéndolo de igual manera tus pensamientos.
Desarrolla un gusto particular por observarte con benevolencia y decide “nombrar y reacondicionar tu salto hacia el coraje, la buena voluntad, la colaboración, la amabilidad”, porque son anclas cargadas de potencial, precursoras de crecimiento y expansión: el verdadero desafío ante la vida.
Me atrevería a proponer un último asunto relacionado con esta idea de apaciguar a nuestro mono saltarín, sal a su encuentro con una sonrisa, es el principio de la acogida, la presencia y la compasión.
¿Podría ser la manera de ir desarrollando el gusto por reconciliar, calmar y apaciguar la actitud con la que me trato internamente, al observar la calidad de mis pensamientos, y el belcro con el que me pego a ellos y me lleva de rama en rama?
Ramas que contraen y no expanden el crecimiento, la amplitud de corazón y el deseo de abrazar a la vida tal y como es.
¡Quién sabe!, te invito a que lo pruebes y si quieres me lo cuentas… ¿hablamos?