Sandplay, el valor del juego en la arena a través del poder y fuerza del símbolo.
Esta técnica constituye una modalidad terapéutica desarrollada por Dora Kalff, basada en la psicología de C. G. Jung.
Particularmente útil para identificar y solucionar los conflictos internos como la ansiedad y la depresión.
La terapia de juego de arena sandplay, es una metodología de trabajo que revela las preocupaciones inconscientes inaccesibles al lenguaje verbal.
Reduce el dolor y sufrimiento emocional.
A través del juego en una caja de arena, donde se van disponiendo y colocando diferentes figuras, materiales y texturas, la persona, irá desarrollando y visualizando sus diferentes expresiones.
Este modo de abordaje aporta confianza y concentración.
El proceso a su vez favorece el desarrollo emocional y social.
Neurológicamente, se consigue acceder a niveles preverbales de la psique. Facilitando así las dos necesidades inseparables de la terapia: sanación y transformación.
¿Por qué es tan valioso y movilizador el trabajo con Sandplay?
Cualquier impacto emocional fuerte, afecta profundamente la confianza de la persona en si misma y en los demás. Se rompe el sistema de seguridad interno.
La sintomatología que se asocia puede llevar a las personas a desarrollar temor por la vida.
Este temor hace que para sobrevivir nos mantengamos en estado de alerta permanente, sobresalto.
La caja de arena con sus dimensiones y su delimitación, viene a representar y simular al sostenedor emocional.
Todo lo que ocurra dentro de ese contenedor, la caja, permanecerá contenido.
Es un espacio delimitado que permite transitar emociones, sin caer en pánico, shock, aturdimiento.
Aunque la persona pudiera experimentar bloqueos, siempre podrá con las manos hacer algo que aporte una sensación de posibilidad…
La caja en sí misma es un promotor de acciones donde se puede experimentar el mundo intimo-
Se pueden atravesar túneles, oscuridades, de manera gradual.
De esta manera se va accediendo a diferentes niveles de la psique, al ritmo marcado por su creador.
“El terapeuta es un testigo, es una parte esencial del método por lo que muestra en todo momento una actitud de aprecio y de aceptación incondicional libre de juicios acerca de lo que el cliente realiza” Joaquin Blix (2021)
Al poder vivir y recrear hasta experiencias inadecuadas la vivencia que no ha sido censurada ni reprimida, encuentra una posibilidad de gestión simbólica.
En la caja puedo jugar cualquier rol, vivirme como cualquier personaje, sentirme cualquier elemento, esa es la magia del juego y su gran poder transformador.
El juego lo permite todo.
Al ser un espacio donde no existe crítica alguna, la herramienta se convierte en un facilitador vital que podemos potenciar porque permite autorregulación mediante la experimentación alejada de la censura racional adulta.
A partir del sentimiento de libertad que proporciona el juego y la seguridad que aporta la caja se va armando la confianza en nosotros mismos y en los demás, pudiendo trasladarla después al mundo en general.
Es la seguridad sentida y construida lo que unido al poder representado en las figuras, como podemos ir construyendo una expectativa positiva sobre los demás y sobre nosotros mismos.
La herramienta permite ver el mundo como un lugar con oportunidades y sitio para cada uno de nosotros
La figura observadora y atenta del profesional que acompaña simboliza también la alianza, la llave que habilita la confianza en que hay personas que pueden comprendernos, y pueden querer ayudarnos.
Nos hace seguros y capaces.
Es un modelo de vinculación que nos aporta una sensación poderosa de que llevamos dentro una fuente inabarcable de fuerza, calor, color y confianza en nuestras capacidades y talentos, ocultos a veces hasta para uno mismo.
La caja de arena, las figuras o miniaturas, son una zona de seguridad protegida. No necesito después construir explicaciones racionalizadas de lo que se ha ido incorporando dentro de la caja.
El mundo del juego, la fantasía y la ilusión es un mundo creativo, rico y por el mero hecho de carecer de instrucción directiva, altamente beneficioso para cualquiera.
Las defensas encuentran comodidad en esta herramienta, se sienten vistas, incluidas, legitimadas y por tanto se relajan y permiten el juego.
Pueden mostrarse todo tipo de estados de ánimo, cualquier reacción, pedir ayuda, enojarse, entusiasmarse, hacer magia, desarrollar poderes sobrehumanos, burlar, guerrear, combatir, hacer daño.
Todo sigue siendo un juego donde no se daña ni a uno mismo ni a terceros.
Es una herramienta de gran utilidad para desahogarnos en condiciones de estrés, la arena al hacer contacto con ella sensorialmente, al tocarla, consigue también calmar, minimizar el efecto negativo de aquello que nos inquieta y desasosiega tanto, sin necesidad de verbalizar, explicar e interpretar.
A través del juego simbólico hasta la figura del superhéroe obra esa magia que lo equipara con el poder de convertirse en alguien capaz de consolar, aliviar, disminuir el dolor, calmarnos el miedo helador, estableciendo un vínculo único y particular propio.
Se irán estableciendo conexiones entre los diferentes elementos que se necesiten incluir para dar sentido a esa necesidad del momento presente que la persona necesite descubrir y desarrollar.
Cabe y se le da atención incluso a la equivocación, el ensayo y la repetición, sin que suceda nada con consecuencias emocionales negativas para su creador.
La caja de arena y los símbolos son en sí mismos elementos que permiten identificar, regular y explorar todo tipo de reacciones respecto a experiencias vividas, por más que éstas hayan sido muy intensas o hasta traumáticas.
Al jugar, nuestro sistema nervioso puede regularse mejor, sin permanecer en una reactividad y excitación elevadas.
Las escenas nos permiten jugar con la atención vigilante, conjugar aspectos y polaridades de manera progresiva.
Si algo me abruma, lo quito, lo entierro, lo aplasto, y voy a otra cosa. Todo en cuestión de pocos minutos.
Cuando se experimenta algo que nos impacta, sucede que la capacidad para responder con flexibilidad y asignar estrategias exitosas en su resolución, queda trabada.
La terapia del juego en caja de arena, representa ese espacio, esa nueva oportunidad donde dar continuidad y recrear alternativas de éxito.
De esta manera, nuestras expectativas relacionales puedan salir de su estatismo y de la activación de todos los sistemas de defensa de nuestro sistema nervioso.
El juego como técnica proyectiva
El juego es una técnica proyectiva y un modo de trabajo seguro que permite regular la activación fisiológica.
Permite ir aprendiendo a identificar aquellas imágenes que provocan una amenaza, de manera que se puedan ir realizando ajustes en el tono corporal.
El umbral de tolerancia ante determinadas experiencias puede encontrar un espacio para aprender a regularlo.
De esta manera se aprende a registrar otras sensaciones sensoriales mucho más placenteras y por tanto deseable de volverlas a experimentar.
El símbolo, el poder de las figuras permite ir explorando los recursos existentes que las personas tienen-
Sirve para aprender a potenciar los menos utilizados y a desarrollar o incorporar los ausentes.
Permite ir disminuyendo progresivamente la sensación de indefensión, agrandando el sentido del éxito, entendido como el dominio de algo que hasta ahora era del todo fallido.
Las figuras son recursos creativos, símbolos de apoyo que albergan un mundo y resonancia por el valor del arquetipo que contienen.
Conectar con sensaciones afectivas positivas poderosas como antídoto a sensaciones altamente invalidantes como las de indefensión, incapacidad, terror y hasta humillación, es uno de los grandes y poderosos efectos que trasmite el uso terapéutico de esta herramienta.
Ningún elemento traumático o doloroso, necesitará ser relatado, jugaré para reencontrar y reconectar con sensaciones poderosas de capacitación exitosa.
Este modo de trabajar mediante el uso de los símbolos, nos fortalece y estabiliza la neurología.
A nuestro cerebro le gusta recordar que conoce caminos y experiencias emocionales y cognitivas de superación exitosa.
Sandplay es una experiencia corporal psicoafectiva beneficiosa para nuestro bienestar psíquico.
Las imágenes y su poder transformador actúan gracias al poder del silencio.
Es el reino en donde se consigue una danza y un baile propios entre el consciente y el inconsciente.
Nuestros héroes, las heroínas, lo malvado, los dramas, nuestros sueños y sus mal logrados desenlaces suceden en el reino de la imaginación.
Aquí en este espacio es donde todo está presente y donde a pesar de que aquí es donde se embrolla y origina todo lo que nos atormenta y nos enreda como un alambre de espino, es el mismo lugar donde encontrar los recursos que nos sirvan de ayuda y puedan crearse esas alternativas milagrosas.
Las diferentes miniaturas, tocar la arena, diseñar escenarios con nuestros mundos íntimos, tocarlos, modificarlos, cambiarlos favorece y contribuye a lo que denomina Joaquin Blix, el surgimiento de las dos necesidades inseparables de la terapia: la sanación y transformación.
Te invito a que lo pruebes, y después…. me digas algo
¿Te animas?