“La psicoterapia consiste en un proceso deseducativo guiado que emprendemos cuando nos damos cuenta de que determinadas maneras de vivir, de relacionarnos o de mirar las cosas nos resultan inadecuadas o disfuncionales” Eva Bach

Muchas veces en nuestro día a día nos enfrentamos con problemas que a mi me gusta mas calificarlos como desafíos, que los manejamos y los resolvemos sin necesidad de recurrir a ayuda externa.

En determinadas ocasiones, sentimos que damos vueltas y vueltas sobre un mismo punto y que no sabemos como impulsarnos hacia otra dirección. Pareciera que nos encontrásemos anclados en un bucle sin principio ni final, y es tan desesperante…

Así que para esos momentos en los que sentimos un atasco, para que las interpretaciones e ideas que despliego queriendo sentir bienestar, puedan lograr consolidarse en nuestros cuerpos, a veces necesitamos otra perspectiva, que amplíe nuestra mirada focalizada en aquello que me desconfigura, y que nos impide contactar con el Tesoro infinito y maravilloso que llevamos esculpido cual finísimo polvo de estrellas con el que fuimos creados.

Cuando en lo cotidiano, encuentres dificultades para desenvolverte con tu habitual bien hacer, y ahora por mas que te esfuerzas no consigues recuperar tu estilo vital, que tanto bien te proporcionaba.

Cuando sientas que necesitas que alguien verdaderamente te preste atención, sin juicios, sin critica alguna, de manera que ese espacio sea para tí un lugar seguro donde expresarte.

Cuando sientas que las relaciones con otras personas te generan malestar, sufrimiento o dificultades para sentirte respetado, apreciado y valorado por ser como tu eres.

Cuando sientas que el tiempo pasa y te da la sensación de que no puedes moverte en ninguna dirección, ni para adelante ni para atrás.

Cuando ciertos patrones son recurrentes, se repiten y no sabes ni cómo ni por qué vuelven a reproducirse.

Ante aquellas encrucijadas, dudas, dificultades que se alargan en el tiempo, y que no sabes cómo manejar.

Porque quieres conocerte mejor, y ser tu mejor compañía, para orientarte hacia un buen lugar que te permita expresarte y atenderte como solo tú necesitas.

Porque quieres aprender el arte de una buena comunicación, clara, honesta y sin dobleces

Los problemas psicológicos, son aquellas cuestiones que nos inquietan a todos en algún momento de nuestra experiencia vital, que suelen ser recurrentes, limitan, e influyen directamente en el estado de ánimo y la mayor parte de las veces, con desaprender ciertas pautas y practicar otras tantas habilidades, se revierten sorprendentemente.

En un ambiente relajado, libre de juicios, a través de una comunicación clara y honesta, se pueden ir tendiendo puentes de entendimiento mutuo, que nos invitan a ir compartiendo nuestras verdades mas profundas e íntimas, siempre y cuando nos parezca apropiado hacerlo.

En terapia, soy un yo que me observo, y me doy permiso para entrar en contacto con partes propias que aún no conocía. Así que todo este fino trabajo de encuentro, requiere de delicadeza, permisividad y seguridad.

A tí y solo a tí te corresponderá decidir qué cuentas y qué mantienes contigo. Bien es cierto que las mayores perlas se esconden en conchas herméticamente cerradas, y que para disfrutarlas, es necesaria tanto técnica como herramienta apropiada. Si tu quieres brillar, necesitarás escoger cuándo, cómo y bajo qué circunstancias abrirás tu maravilloso y fino tesoro.

En realidad el acto determinante y principal, al que deberías darle toda su valoración principal, consistirá en apreciar tu primer paso. Es el acto que tiene lugar, cuando una vez que has tomado la decisión, te des el permiso de llamar por teléfono, enviar un correo, o solicitar el nombre de algún profesional de referencia a determinadas personas de tu confianza y credibilidad. El resto irá simplemente ocurriendo, de la mano del profesional que te acompañe. Siempre estará en tu mano decidir si sigues o si interrumpes tus sesiones. El control estará en tí, la decisión estará en tus manos, porque asumir la responsabilidad sobre nuestras acciones, es una base determinante en el acompañamiento terapéutico.

La persona que acude a una sesión, cuando es adulta tiene su protagonismo, entendido como esa capacidad para saber escoger, aprender, crecer y sentir.

Los niños y adolescentes, lógicamente necesitarán del amparo y criterio parentales, a quienes les mueve su infinito amor y deseo de bienestar para con sus hijos. En estos casos, y teniendo presentes las diferentes etapas evolutivas y sus consiguientes necesidades, se establecerán aquellas intervenciones que potencien su desarrollo en el marco de una relación segura, respetuosa y protegida.

En un primer momento, dependiendo de la edad de la persona, lógicamente podremos iniciar una toma de contacto acompañados. Después y en las sucesivas vistas e intervenciones, siempre que se trate de personas adultas, las sesiones tendrán lugar exclusivamente entre el consultante que necesita atender un asunto y el profesional escogido.

Los niños y adolescentes, igualmente necesitarán de este espacio íntimo, en donde los adultos, confiarán temporalmente y por un determinado espacio de tiempo en el profesional que acompañará a su hijo o hija. Será en este espacio, donde mediante la figura del psicólogo, el niño encuentre un espacio con herramientas a su alcance para jugar, crecer, relacionarse, divertirse , conectarse, investigar y aprender maneras fortalecedoras que le impulsen en el mundo, una vez hayan consolidado aquellos aspectos motivo de aprendizaje, apoyo y equilibrio, o cualesquiera que fuesen los motivos iniciales de consulta.