El efecto del estrés ante la incertidumbre

El efecto del estrés ante la incertidumbre

¿Por qué vivimos sensaciones de estrés ante la incertidumbre?

La incertidumbre,  es el estrés envuelto en forma de ese sentimiento predominante que nace de la necesidad de adoptar una respuesta efectiva ante un elemento aparentemente invisible y altamente amenazante: sí el estrés. Esto nos está ocurriendo desde hace cierto tiempo con la convivencia del Covid- 19.

El sentimiento de estrés, asociado a experimentar “incertidumbre”, genera en primer lugar, un bloqueo en las personas.

Es una reacción normal motivada por la respuesta del estrés que activa circuitos neurológicos como consecuencia de un continuado impulso nervioso.

Las neuronas hacen conexiones a una velocidad de 430 km hora por nuestro sistema nervioso.

Lo notarás como consecuencia de que percibirás como se te agudizan los sentidos.

Se incrementa el bombeo de la sangre, en nuestra red de arterias, vasos y venas.

Se ralentiza la percepción del tiempo.

Notarás los efectos de la respuesta del estrés en tu pecho al percibirlo en tu manera de oxigenación, que variará, pudiendo inclusive causar hiperventilación en algunas personas.

Es una cuestión tan automatizada, porque lo que nos incomoda,  tratamos de suprimirlo y nos esforzamos con tanta dedicación, que ahí vamos complicando las cosas.

Justamente, para manejar el estrés asociado a lo que resulta incomodo, lo acertado consiste en hacer lo contrario:  No pretendas querer evitarlo.

Dile hola a la incertidumbre.

Se trata de aceptarlo y que le des la bienvenida.

Ten en cuenta que inicialmente su propósito nace con un fin valioso: avisarte de manera que puedas hacer algo positivo, bueno y útil para tu supervivencia.

Para dar forma al caos y a las emociones que te puedan estar perturbando, y también para que pueda ir reposando esta propuesta un tanto paradógica, que te hace salir un poco de lo estructurado y racional, te animo a que lo experimentes y descubras que sucede en ti si lo pones a prueba.

Se trata de que percibas tu cuerpo, mas que tu cabeza.

Cuando puedas detenerte a asimilar que todo nace desde un fin bien intencionado, y que los avisos solo significan que tu neurología funciona maravillosamente, podrás generar espacios de calma, nacidos desde un pensamiento edificante y nada alarmante.

Este gesto te permitirá observar que en lugar de sentir miedo, estarás sintiendo tu valentía por darle una interpretación ecológica edificante y fortalecedora a tus actividades y sucesos internos que interpretas como perturbadores.

Si eres muy mental, también podrá ayudarte  tener a mano una serie de objetivos nucleares y prioritarios.

Te dará la sensación de tener una cierta dirección para esos  momentos en que te visite el caos y puedas leer tus anotaciones.

Organízate bien, prioriza y no pretendas planificar más de 2-3 semanas vista, así mantendrás a ralla el estrés.

Este simple hábito ayudará a generar una sensación sentida de seguridad a tu neurología y te ayudará a salir de la visión focalizada que produce el impacto de todo aquello que no sabemos manejar.

También puede ayudarte a canalizar tu estado de ánimo, el que elabores un diario donde anotes tus emociones predominantes; al tomar conciencia de tu estilo de pensamiento, estarás en mejores condiciones de poder confiar en tus capacidades personales para transformarlo.

Realiza 10 respiraciones suaves y lentas, preferentemente hazlo de manera suave y silenciosa a través de tus fosas nasales. Relaja la mandíbula los hombros y el cuello cuando las practiques.

Haz la espiración mas prolongada que la inspiración y dirige tu atención al proceso de la respiración.

Si puedes comenzar y acabar el día con esta práctica de respiración consciente irás tomando conciencia de la tensión y podrás beneficiarte de los beneficios que aporta aumentar tu capacidad respiratoria.

LA QUÍMICA DEL CARIÑO:

Aprecia, agradece y exprésalo a quienes te rodean; Para aplacar la incertidumbre y el estrés que conlleva, busca diariamente gestos cotidianos donde tengas oportunidad de enfocarte en señalar todo aquello, por pequeño que sea, que si sabes valorar.

Ponle  palabras  que otorguen valor y reconocimiento, son un pegamento que a las personas les hace sentir bien y generan confiabilidad.

Estos simples gestos jugarán a tu favor puesto que ayudarás a desactivar esas partes de la neurología que se han visto desbordadas y sobre estimuladas por encima de lo tolerable, tanto en los demás como en ti mismo.

Recuerda que un discurso que contenga cosas apreciativas desactiva la ansiedad o el miedo de niños, adultos y ancianos.

Apela a tu parte mas profunda y trascendental, como  propone Rupert Sheldrake:

Ante situaciones de emergencia podemos experimentar y percibir que algo mas grande que nosotros nos guía y sostiene.

Cuando agradecemos, reconocemos el flujo del que formamos parte. Recibimos muchas cosas buenas, inclusive nuestra vida misma que es un regalo que nos es sobrevenido. Ritualiza ese agradecimiento, te conectará con el despertar de una luz que irá calando en tu corporalidad. Si lo repites con frecuencia crearás en ti un nuevo hábito, con asombrosas trasformaciones, haciendo que disminuya en ti la incertidumbre.

Los recursos de supervivencia que se activan de manera instintiva para sobrellevar el sufrimiento, podrán encontrar con estos gestos bondadosos y compasivos,  la excelente oportunidad para aquietar  la hipervigilancia sensorial, precursora de la respuesta del estrés.

Para poder gestionar el estrés , primero debemos aprender a desarrollar cierta capacidad de autorregulación. Cuando armonizas las sensaciones corporales, consolidas el contenido mental de tus pensamientos.

Entiende tus puntos débiles, no te condenes, ni enjuicies.

La bondad hacia uno mismo consiste en dejar de realizar matizaciones y comentarios severos internos, poco apreciativos.  Date permiso para dejar de juzgarte.

En todo caso céntrate en calmar a tu cuerpo, cambiando la atención: sal de tu mente y esponja tu cuerpo.

Así se apacigua la neurología y comienza el amor por ti y tu autocuidado.

 

Si tu quieres te lo muestro,

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