Los muñecos y las configuraciones sistémicas
La mano, conecta lúdicamente hemisferios cerebrales.
El juego es una manera de diálogo con las diferentes partes que activan circuitos neurológicos, generando sensaciones placenteras, inquietantes, aterradoras, fantásticas e incluso hermosas.
Y todas ellas posibilitadas sin tan siquiera emitir una sola palabra.
Suelo decir a las personas que acompaño, que hay incluso partes en nuestro desarrollo neurológico, a las que es imposible acceder mediante el uso de palabras.
Es para esas ocasiones que las diferentes técnicas adquieren un enorme poder y potencial en beneficio del bienestar psíquico.
El clic mental que le aporta darle al play con los muñecos de playmobil, quienes lo han utilizado, manifiestan con asombro que les ha permitido cesar en el diálogo interno y entregarse al descanso que la imagen les ha facilitado.
Todo está en tu mente
La imagen nos hace crecer y transformar nuestra energía psíquica.
Esto se traduce en que estará al servicio de sentirnos calmados, disminuyendo rumiaciones, estimulando nuestra creatividad, haciéndonos más atrevidos, explorando nuestro paisaje más íntimo.
Todo ello sin dañar porque sucede en una plataforma.
Es en esa base donde hago experimentos con mis manos y unas figuritas, que los niños usan para jugar y pasar buenos e interesantes momentos.
En nuestra cabeza, se encuentran guardadas imágenes, poderlas observar, sacarlas afuera, escogerlas, colocarlas en un tablero, nos facilita una observación distanciada, que a veces facilita comprensiones y nuevos significados.
Al poder girar el tablero, al observar desde ángulos diferentes, encuentro información adicional, donde la simple recreación de una escena, puede cambiar de mensaje.
Aparecen los matices que hasta entonces habían permanecido ajenos a mi vista.
Simplemente puedo explorar lo que le sucede a mi cuerpo a medida que contemplo, muevo el tablero y respiro, en compañía de un facilitador conocedor de la herramienta.
La mirada sistémica, configura los diferentes elementos estructurales presentes alrededor de un asunto, preocupación, malestar, para mediante el uso de diferentes figuras, dispuestas en un espacio al alcance de la vista del consultante, encontrar una imagen de solución al servicio de aquello que me perturba, inquieta o aflige.
El uso de muñecos, darle al play, nos permite esa distancia segura para enfocar en aquellos asuntos que necesitamos comprender para transformar, con garantías de seguridad.
Son en sí mismos una salvaguarda de mi mundo más íntimo y profundo.
Siempre puedo decir hasta aquí, por ahora es suficiente, y esa es una garantía de que yo decido, yo tengo el poder que me otorga asumir aquello que me de seguridad y salvaguarda.
Las figuras o muñecos, ayudan a que la persona acceda a su significado profundo, desde su propio acceso personal, proporcionado por el propio estímulo concentrado en la figura y su poder simbólico.
El muñeco permite favorecer procesos de Desarrollo interno al servicio de la superación y realización como seres humanos, porque ayuda a abrirse al mundo de las infinitas posibilidades.
Los muñecos, son una lente de aumento que permite mirar aquello que nuestro ojo a simple vista no ve, con una mirada cuántica.
Repensar a través del play contribuye al clic del cambio que nos transforma
De repente, puede hasta parecernos que las figuras cobran vida, se mueven, se giran, se ríen, odian y hasta nos informan… qué se yo!
Todo es posible con ellos…Los muñecos nos abren caminos al servicio del aprendizaje y el bienestar.
La experiencia emocional se puede explorar con esta sencilla herramienta, conversar incluso con las figuritas.
Con este sencillo y humilde material se despiertan y observan aspectos de nosotros mismos que nos ayuden a completarnos.
Conseguimos dejar de funcionar en piloto automático, alcanzando un bienestar subjetivo que nos reconforte y tranquilice.
Esta mirada primero nos inquieta, pero si la educamos y aprendemos, nos descansa, nos acoge y nos sostiene. Nos envuelve con una melodía que nos devuelve la magia, la confianza y la paz.
La vida es una conversación que transita por los mundos visibles, e invisibles, conscientes e inconscientes y que une la mente y el corazón. Mercé Travesset (2011).
Nuestro mundo inconsciente encuentra una vía de acceso y diálogo con nosotros.
Activamos los dos hemisferios cerebrales.
Conseguimos que el exceso de protagonismo que ya en lo académico se le ha dado al hemisferio izquierdo pueda equilibrarse, potenciando la activación del hemisferio derecho que nos habla a través de las imágenes y de una forma más abstracta.
Permitir el acceso a esta dimensión equivale a abrir una chimenea para que pueda tener lugar el drenaje de aquello menos visible y no por ello inexistente.
Al aprender a mirar las emociones que tanto nos bloquean, ellas mismas por el mero efecto de observar, nos ayudarán y colaborarán para que efectivamente consigamos desplegar en nuestro presente un merecido y tan ansiado estado de sintonía y dicha.
Se irá instaurando paulatinamente ese amor por mí incondicional, cierta dicha particular.
Prende y florece ese sentimiento que me indica que me siento apto para la vida, disponible y dispuesto a aceptar y vivir armonizado y en armonía con lo que acontece y me acontece.
Sabedor de que estoy desplegando lo mejor de mí, aquello que tanto complace a la vida misma.
Te invito a que lo pruebes, y después…. me digas algo
¿Te animas?
